Chile fue uno de los primeros países en registrar los “cacerolazos” durante el gobierno de Salvador Allende en 1971, y después se replicó en otros países de Latinoamérica
Por: Alejandra Escalante
Fotografías: Paulina Díaz
Durante octubre del 2019 en nuestro país el cacerolazo ha sido una forma pacífica de protestar para muchos chilenos y por distintas causas, pero muchos no sabemos cuál es el origen de este y de donde provino. Los primeros registros de un cacerolazo fueron en Chile, durante el gobierno de Salvador Allende, por el desabastecimiento que había de los productos en esa época (1970-1973).

El cacerolazo consiste en tocar una olla o sartén y hacer ruido pegándole con una cuchara de palo o cualquier objeto que se tenga a mano. Sin embargo, no se sabe exactamente cuál es el origen, pero según el historiador Emanuel Feurix, esta particular forma de protestar se originó en Francia alrededor de 1830, durante el reinado de Luis Felipe I de Francia, para manifestar el descontento que tenían los franceses hacia la “clase política”.
Durante la dictadura militar esta forma de protesta fue tomada por los grupos opositores hacia el régimen de Augusto Pinochet en los años ochenta, y durante mayo de 1983 se convocó un paro nacional de parte de la Confederación de Trabajadores de Cobre, quien era liderada por Rodolfo Seguel. No obstante, el paro fue suspendido debido a los rumores de una amenaza que circulaba en donde decían «que iba a haber una gran matanza» hacia la gente que se iba a manifestar, lo que produjo que se generaran reclamos y esto derivó a los cacerolazos. A diferencia de los años setenta que se hacia este tipo de manifestación en grupos en el centro de Santiago, esta protesta se hizo desde las casas, debido a la represión de la época y las amenazas constantes.
Por otra parte, esta particular forma de manifestación se ha ido masificando cada vez más a lo largo de nuestro país. Efectivamente, durante los dos gobiernos de Sebastián Piñera se han registrado más cacerolazos que cualquier otro presidente de Chile en el siglo veintiuno. Durante su primer gobierno, el primer cacerolazo se produjo en contra del proyecto HidroAysén, que tenía planificado poner cinco hidroeléctricas en la Patagonia. También, durante las movilizaciones estudiantiles del año 2011 Camila Vallejos, quien en ese tiempo era Presidenta de Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), había convocado esta protesta a las 21:00 horas por la represión que habían vivido los estudiantes por parte de Carabineros en una marcha por la Alameda. Durante Julio del 2013 se convocó otra manifestación con cacerolas por la Central Unitaria de Trabajadores de Chile (CUT) en demanda de mejoras salariales.
Luego durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera, se organizó un cacerolazo de forma espontánea durante el 2018, donde se exigía la renuncia De Luis Mayol, Intendente de la Región de La Araucanía y Andrés Chadwick, ministro del Interior, por la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca. Además, durante el 2019 se realizó el apodado Cacerolazo de los patipelados, en apoyo a el paro nacional del Colegio de Profesores, y finalmente durante las protestas de octubre de ese mismo año, donde se podía ver a muchas personas protestando en distintos puntos del país, desde sus casas, metros, calles y plazas cercanas.
Los últimos cacerolazos que han sido registrados han sido en honor a Antonia Barra Parra, la temuquense que sufrió de una violación por su agresor Martin Pradenas, en una cabaña en Pucón durante el 18 de septiembre, la joven posteriormente se suicidó debido a la carga psicológica y el daño emocional que cargaba hace casi exactamente un mes por el abuso sexual. El agresor de la joven fue puesto en arresto domiciliario mientras dure el proceso de investigación, algo que indignó a muchas mujeres del país, poniendo en palestra la poca justicia hacia estos casos de abuso sexual. Se convocó un cacerolazo durante el miércoles 22 de julio en honor a Antonia y en forma de protesta para que se le condenara a Martin Pradenas a prisión preventiva por el momento. Durante ese mismo día el senado votaba por retirar el 10% de las AFP, por lo tanto, se unieron dos causas en una noche, escuchándose en varios puntos del país el sonido de las ollas.
Otro rasgo de esta forma de protesta es la música, el primer tema lanzado haciendo referencia a esto fue el tema musical “Las ollitas” por el conjunto Quilapayún en 1972, y el último tema conocido fue “Cacerolazo” por la cantante chilena Ana Tijoux, quien lanzó la pieza musical durante las protestas de octubre del 2019 y fue escuchada en varias manifestaciones, donde se refiere al gobierno de Sebastián Piñera, los cacerolazos y los hechos ocurridos durante esos meses de la siguiente manera:
Quema, despierta
Renuncia, Piñera
Por la Alameda, nuestra es La Moneda
Cuchara de palo frente a tus balazos
¿Y al toque de queda?, ¡cacelorazo!
Para finalizar, si no quieres maltratar tus ollas y sartenes, hay una página web que emite el sonido de las cacerolas y puedes reproducirlo desde tu celular, computador o parlante para apoyar las manifestaciones. Esta aplicación también salió durante las protestas de octubre y se llama iCacerola.
¿Crees que el cacerolazo tiene que conservarse como una forma de protesta en nuestro país? ¿Sería bueno mantener la tradición?

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