Por Aracely Lezana

El pasado 5 de septiembre, fue reprimida fuertemente la marcha convocada por Técnicos y Técnicas en Enfermería de Nivel Superior (TENS), quienes pedían ser considerados dentro del Código Sanitario. El hecho se produjo en Plaza Italia, en la comuna de Santiago y a pesar de que la marcha se realizó pacíficamente por parte de los manifestantes, finalmente ocho personas fueron detenidas.

Bajo circunstancias pandémicas, la labor del personal de salud se ha visto más requerida. Sin embargo, los sueldos de los TENS no son bien pagados, deben costear más cursos para que se les valore, además de descuidar su vida personal.

Camila Jiménez, Técnico en Enfermería e Instrumentación Quirúrgica, fue rociada con gas pimienta a menos de un metro de distancia, por el teniente M. Erazo. Asegura que ‘’no hubo piedras, ni barricadas, absolutamente nada, solo íbamos con globos, gritos y pancartas’’.

’Con mi amiga decidimos irnos, llegó el furgón de carabineros violentamente, se desplegaron y no nos dejaron pasar. Tres carabineros se nos paran al frente muy prepotentes, uno de ellos me dijo que cruzara estando el semáforo en rojo y me empujó’’, relata Jiménez.

‘’Me volvió a empujar, saca el gas pimienta y lo empieza a agitar, yo le pregunté si me estaba amenazando’’, continúa, ‘’Me empujó una vez más y al ser el tercero, yo se lo devolví, entonces me rocía con gas pimienta en el ojo, me afecta la cara y el cuello’’.

La funcionaria no fue la única afectada, ‘’una compañera lo encaró e identificó su nombre en la placa, y también fue agredida con gas pimienta’’.

Las jóvenes afectadas decidieron tomar acciones legales en contra del carabinero que las agredió. Están siendo asesoradas por abogados voluntarios, uno de ellos aboga a los Detenidos Desaparecidos y a los Derechos Humanos.

 ‘’Nosotras sabemos que puede ser súper engorroso y que quizás no logremos mucho, pero tratamos de que esto no le vuelva a pasar a ningún funcionario de la salud’’, enfatiza.

‘’Nosotras te atendemos a ti, a tu familia y tú nos estás haciendo esto’’, refiriéndose al teniente M. Erazo. ‘’Nos da rabia y pena, porque nosotros los atendemos de acuerdo al juramento que hicimos, que es cuidar a tus pacientes como si fueran tu familia. No me importa si es familia de uniformado, para mí es gente que necesita ayuda’’.

Por último, expresa su descontento por el poder y protección desmedidos que se le otorgan a las fuerzas especiales.