Por: Yerko Molina
Psicologo (PUC)
Magister en psicología de la salud
Magister en epidemiología.

                La salud, qué duda cabe, es uno de los aspectos más importantes en la vida de una persona. Actualmente el concepto se centra en el bienestar biológico, social y psicológico según las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS); sin embargo en Chile lo  psicológico y lo social brillan por su ausencia. Si el lector piensa en la salud pública de nuestro país, probablemente repare en el hecho de que una parte importante del gasto  se centra en el tratamiento de diversas patologías que aquejan a la población, el famoso plan de garantías explícitas en salud o “GES”. Esto que sin duda parece excelente, presenta un gran problema si analizamos más profundamente el tema. ¿Sabía usted que  por cada dólar que se invierte en prevención se ahorran siete dólares en tratamiento? (fuente: OMS). El viejo refrán más vale “prevenir que lamentar” cobra así su principal aplicación moderna en el pensamiento sobre los sistemas de salud.

                Lo anterior ocurre porque las  principales causas de muerte  y pérdida de años de vida saludables en el mundo, tienen que ver con lo que los expertos llaman enfermedades no transmisibles (ENT´s).  Diabetes, consumo de sustancias, depresión, obesidad, hipertensión, infartos cardiacos y muchas otras caben en este nefasto grupo de condiciones cuya característica principal es que no se contagian entre las personas. Observando el tipo de enfermedades que están en este grupo, se puede comprender por qué la prevención genera tantos beneficios para   cualquier sistema de salud pública, y es que la mayoría se pueden prevenir o controlar de manera relativamente exitosa si las personas seguimos ciertos patrones de conducta saludable, como tener una dieta balanceada, hacer ejercicio y descansar adecuadamente; es decir incorporando las dimensiones social y psicológica de la salud que nuestro gobierno obcecadamente ignora.

                ¿Por qué el estado no centra sus esfuerzos en la  prevención si es tan costo efectivo?.  Simple: Lo que genera dinero a los privados y votos a los políticos  es la enfermedad no la salud. Piensen un segundo en la cantidad de actividad económica que se genera en torno a los estilos de vida no saludables: Tabaco, alcohol, comida chatarra, azúcar, TV cable e Internet  y por sobre todo el nefasto negocio de la salud en que médicos y laboratorios farmacéuticos estrujan la ya escuálida billetera de nuestros compatriotas. En el caso de los políticos, es obvio que da mucha más aprobación popular el inaugurar un hospital, con su natural sesión de fotos en compañía de gente menesterosa y enferma, que activando una buena estrategia de prevención, cuyos resultados se verán a largo plazo y que por lo tanto no podrán ser aprovechados como resorte propagandístico por el gobierno de turno.

                Como se observa, “hacer salud” es un acto  “contracultural”,  subversivo y comunitario cuyas implicancias sobrepasan con creces el estado de salud individual. “Hacer salud” es fundamentalmente un acto de abrir los ojos y la mente, salir de la matrix y dejar de comprar lo que no necesitamos, cambiar el sillón y la tele por la plaza pública y volver a encontrarse con la risotada infantil que tanto de menos se echa en nuestros emplazamientos urbanos. Es nuestra responsabilidad, porque en este tema como en muchos otros, el gobierno y su ministerio no vendrán en nuestra ayuda.

Imagen: Cooperativa